ENCUENTROS CON JESÚS - 4 :GUARDAOS DE LA AVARICIA
Te damos la bienvenida al devocional de hoy encuentros con Jesús; un estudio de bendición par tu vida, sobre una enseñanza al día pronunciada por Cristo. Esperamos sea de bendición para Ti.
Palabras de Jesús:
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12:15)
Era la mayor multitud que se había reunido hasta ese momento. Se había reunido tanta gente para ver a Jesús, que uno casi pisotea a otro (v 1). En este ambiente, un hombre se dirigió a Jesús con una importante petición que, si se le concedía, le daría seguridad económica. Se quejó: «Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.» (v 13).
Quizás su hermano mayor no quiso darle una parte de la herencia de su difunto padre. Jesús ayudó a menudo a los que habían sufrido la injusticia de otros. Así que la respuesta de Jesús sorprendió a todos: «Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?» (v 14). ¿Por qué Jesús se negó a asumir el papel de juez y le contestó como lo hizo? Porque Jesús no había sido designado para arbitrar casos legales entre personas. Él está diciendo aquí: «No soy un juez para tratar su caso financiero; estoy aquí para juzgar los corazones de la gente». Jesús juzgó al hombre por su avaricia, no por la cuestión de la herencia entre él y su hermano.
Y para asegurarse de que la multitud entendía su punto, Jesús les enseñó una verdad fundamental: guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» (v. 15).
A continuación, Jesús cuenta la historia de un hombre que planeaba ampliar sus graneros para almacenar sus grandes cosechas. Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?» (v 20). Jesús concluyó entonces: «Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.» (v 21) . Como Dios es el Creador de todo, puede proporcionarnos todo lo que necesitamos. Si realmente creemos esto, seguiremos el consejo de Jesús en Lucas 12:22-34 de buscar primero el reino de Dios y no preocuparnos por nuestras necesidades físicas. Jesús nos dice: «No te preocupes» porque «el Padre sabe que los necesitas»
Jesús concluye con un llamamiento a sus oyentes para que vendan sus cosas y ayuden a los pobres. El resultado será un tesoro en el cielo que no podrá ser destruido, porque «donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.» (v 34). En esencia, Jesús está diciendo: «Lo que valoras determina tu futuro».
La avaricia, nunca debe dominar nuestras vidas, de la misma manera en que domina e influencia al mundo. Se puede entender como la avaricia toma un papel primordial y fundamental en el mundo. La razón es muy clara, el mundo funciona bajo otros valores y principios. Los cuales están lejos de los principios de la Palabra de Dios. El mundo mide a la gente por cuantas bienes posee. En ellos se haya una firme creencia errónea que la vida del hombre se mide en la abundancia de cosas que el posee. ¡Que equivocado puede estar uno! ¿Cuanto nos falta aprender? Aprendamos hoy, que la vida es más importante que las cosas materiales. Comprendamos que la abundancia de bienes no produce felicidad. Es la avaricia que nos impulsa a querer más y nunca esta satisfechos. La avaricia nunca esta satisfecha, siempre hay que obtener un poco más. La avaricia es insaciable y siempre quiere más.
Oración:
Padre amoroso, guárdame de la codicia, del comportamiento carnal y de la envidia de los que parecen tenerlo todo en este mundo, mientras tantos de tus hijos parecen estar tan desprovistos. Ayúdame a darme cuenta de lo corta que es esta vida y de la inutilidad de vivir por las posesiones terrenales. Ayúdame a vivir mi vida en espíritu y en verdad, para vivir para Cristo, su alabanza y Su gloria, lo que producirá mi mayor recompensa, Tus promesas eternas. En el nombre de Jesús, Amén.
Referencias Cruzadas de la Palabra de Cristo de Hoy:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mateo 6:19-21)
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