TEMA: LOS CANTOS DE DIOS

 

(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Escucha:

Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. (Isaías 65:24)

Piensa:

Un sábado por la mañana me despertó el canto muy diferente de un pájaro. La interpretación musical de este pájaro era inusual en comparación con las otras aves que había escuchado en el bosque. No parecía haber ensayado y parecía cantar intencionadamente. Cantó aproximadamente seis notas melodiosas y luego se fue de mi patio.

El momento fue celestialmente calculado, pues la noche anterior alguien a quien yo consideraba cristiano había intentado herirme con sus palabras, y yo aún me preguntaba si respondería o reaccionaría ante la situación. La visita de esa hermosa ave esa mañana reforzó mi decisión de responder en lugar de reaccionar a la situación.

El tiempo de Dios es siempre perfecto y, por lo tanto, Él elige cuándo, dónde y cómo enviar un «pájaro» específico para cantar justo cuando más lo necesitamos. Dios se nos revela en formas demasiado profundas y grandes para que podamos comprenderlas. Después de todo, Él es omnisciente.

Si observamos bien cada día, seremos testigos de los «pájaros» que nos cantan desde diferentes puntos de vista. Sus canciones, aunque variadas, se hacen eco de la misma densidad, expresando el constante consuelo y protección de Dios hacia nosotros. Los tonos de estas canciones pueden ser físicos, emocionales, espirituales, sociales o mentales. Por ejemplo, los «pájaros» físicos pueden ser un resultado de salud positivo o la recuperación total de alguna enfermedad, como el cáncer o la depresión aguda. Los «pájaros» emocionales pueden traducirse en la capacidad de ofrecer el perdón y la reconciliación a una relación deshilachada, o la separación de un maltratador. Del mismo modo, los «pájaros» espirituales pueden ser una relación renovada con Dios o recibir una respuesta esperada a la oración. Los «pájaros» sociales pueden reconocerse por tener un amigo de confianza que no juzgue, alguien a quien se pueda recurrir cuando la vida se vuelva demasiado compleja. Y, por último, las «aves» mentales pueden considerarse como la finalización de un curso académico o el regreso a casa tras un largo viaje.

Mientras te dan una serenata, espero que abras tu corazón y confíes en el tiempo de Dios con tu canción. Recuerda que Dios siempre enviará al solista ideal.

Ora:

Señor, dame oídos para escuchar los cantos que colocas en mi vida, a través de personas, situaciones, pensamientos, de manera que no olvide que te encuentras presente y buscas hablar a mi corazón de diferentes maneras, para transformarme en la creación que mejor sirva a Tu Reino de justicia. Que asi sea hecho. Amén.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Orando la promesa: El proceso de vivir en alegría

Gotas de sabiduría: El Señor premia nuestra convicción

DIOS todo lo puede: Una ayuda significativa