Guarda tus palabras


 

Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios. Proverbios 6:2

¿Te das cuenta de lo poderosas que pueden ser las palabras? ¿Has experimentado lo profundamente que pueden afectar tu vida, la forma en cómo te ves a ti mismo y cómo te ven los demás? Tal vez hayas sido bendecido por las expresiones de cariño y consuelo de un ser querido. Sus palabras fueron positivas y fructíferas en tu vida, ayudándote a superar algunos de tus días más difíciles. O tal vez hayas visto lo extremadamente destructivos que pueden ser los comentarios de la gente. Sus declaraciones te desgarraron el corazón tan profundamente que nunca te has recuperado del todo de ellas.

Por eso es siempre tan importante cuidar lo que dices, asegurándote de que lo que expresas honra a Dios. Las palabras pueden destrozar a las personas de maneras que desafían la imaginación. Incluso las que se dicen apresuradamente pueden herirlas profundamente sin querer, de manera que las afectan durante años. Por ello, debemos darnos cuenta de que no podemos decir descuidadamente lo que queramos y esperar que una disculpa rápida cure todas las heridas.

Por eso el apóstol Pablo nos dice: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.» (Efesios 4:29). Esto significa que debemos evitar maldecir, sí, pero también que lo que expresamos debe bendecir y edificar intencionadamente a los demás de manera que glorifique al Señor. Así que vigila lo que dices. Si has sido inconveniente, has mostrado poco afecto, o has sido inapropiado-deliberada o inadvertidamente- pide perdón. Y, como el salmista, clama siempre: «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.» (Salmo 19:14).

Señor, qué difícil es controlar mis palabras en muchos momentos. Pon guarda en mi boca para que todo lo que diga esté sazonado con Tu gracia y acerque a los demás a Ti. Te lo pido, En El Nombre de Jesús, Amén.

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