La razón por la que perseverar
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
Acudir a nuestros sentimientos para tranquilizar nuestras almas en lugar de a la verdad es un terreno peligroso.
Tuve una poderosa representación de esto hace varios años cuando remodelamos nuestra casa. Invité a un amigo y le pedí su opinión experta. Pero cuando empezó a mirar al techo con una expresión de grave preocupación, supe que algo iba mal. Una de las vigas principales había sido mal reparada y no era capaz de proporcionar suficiente apoyo, como demostraba el hundimiento del suelo en el piso de arriba.
Ver aquellas tablas rotas que apenas se sostenían, me hizo tener una especie de revelación. Era como si Dios me diera una idea de los lugares inestables que había dentro de mí. Era una admonición amorosa para que dejara de evaluar Su bondad basándome en cómo me sentía en la vida en un momento dado.
¿Por qué? Porque los sentimientos son objetivamente frágiles. Sólo la verdad es sólida, inmutable y estable de principio a fin. Las creencias que tenemos deben sostenernos, incluso cuando la vida parece que se desmorona.
Lo que nos lleva al versículo clave de hoy. Si tú y yo pudiéramos dedicar algún tiempo a profundizar juntos en el libro de Isaías, descubriríamos que Isaías 26 se centra en la fuerza que Dios da a su pueblo para que pueda cumplir sus propósitos. ¿De dónde viene esta fuerza?
En primer lugar, debemos saber que una de las claves para entender este capítulo de la Biblia es comprender que el profeta Isaías estaba esperando el fin de todas las cosas (Apocalipsis 21:1 – 22:5). Isaías sabía que, aunque las cosas no marchaban de la mejor forma, Dios había prometido, planes enteramente de bien.
En segundo lugar debemos saber que El Señor no sólonos promete paz al otro lado de la eternidad. Isaías nos dice cómo podemos experimentar y caminar en fortaleza y paz. En el versículo de hoy; la palabra hebrea que se usa en este versículo para la frase «perseverar en» es samak, que significa «apuntalar, sostener, apoyar». Asombroso, ¿no? En otras palabras, aquellos con mentes completamente apuntaladas, sostenidas y apoyadas por la verdad y la confianza en Dios serán mantenidos en perfecta paz.
Hebreos 13:8 dice: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre». El mismo Dios que rescató a David de Saúl, que dividió el Mar Rojo para que los hijos de Israel pudieran atravesarlo con seguridad, y el que promete fortaleza a Su pueblo a través de Isaías – Él es el mismo Dios al que puedes confiar tu vida.
Dios siempre está haciendo más de lo que crees, trabajando por un bien del que algú día te llenarás de felicidad.
Señor, ayúdame a no perder de vista Tu bondad en medio del quebrantamiento de este mundo. Me doy cuenta de que ahora más que nunca debo mantener mis ojos fijos en Ti y en la Verdad de Tu Palabra. Gracias por la paz que me das. Quiero que mi seguridad se encuentre en Ti, mi Dios inmutable, innegablemente bueno e incuestionablemente amoroso. En el Nombre de Jesús, Amén.
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