REFLEXIÓN: Somos hijos del Rey.

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7: 9-11).

Reflexión: Somos hijos del Rey, de Dios Todopoderoso. Nuestro Padre Celestial nos pide repetidas veces en la Biblia, que confiemos en Él, que lo dejemos entrar a nuestro  corazón, que le entreguemos nuestras cargas. Nos da muestra de perdón, de misericordia y de amor. Entonces, ¿Por qué dudamos y no confiamos en Él? ¿Es que creemos que no somos merecedores de su perdón? O ¿pensamos que no necesitamos ayuda y podemos solos? No tengamos miedo de pedirle algo a Dios por muy grande e imposible que parezca, Él nos conoce y sabe lo que nos conviene, Él quiere concedernos todo lo que necesitemos, todos los deseos de nuestro corazón que nos den bienestar. Solo basta que se lo pidamos con fe creyendo en el Señor. Como dice el versículo, si nosotros que estamos llenos de pecados queremos lo mejor para nuestros hijos, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial? El mensaje para hoy, es que no tengamos miedo de soñar, de anhelar un mejor futuro, de salir de esa situación que nos agobia. Pidámosle a Dios que nos ayude, que nos de la fuerza para llegar a donde queremos, que nos dé la libertad del problema al cual no le vemos solución. Siempre y cuando lo pidamos con fe, tomemos acción, creamos en El Señor y nos convenga sin afectar a nadie, Él nos ayudará. Nos dará fortaleza, nos guiará y abrirá las puertas que se tengan que abrir. Oremos y tengamos Fe. Dios te Bendiga.
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